
POSTURA TEÓRICA
El espacio virtual como escenario para la gestación de ciudadanías emergentes y nuevos movimientos sociales [1]
Las estructuras de organización de nuestra sociedad históricamente han impuesto inequidades y desigualdades que favorecen a unos, reprimen y marginalizan a otros. Estructuras guiadas por una lógica que establece cánones, donde se normaliza el ser y en esa normalización se desconocen las diferencias y las disimiles formas de vida; lógicas de un mundo cartesiano, de un sistema de ordenamiento del mundo social con relaciones de fuerza y poder, que se perpetúan y buscan mantener sus privilegios a través de la producción de prácticas culturales.
Este proyecto tiene como objeto identificar e intervenir en el contexto de las ciudadanías emergentes y los nuevos movimientos sociales que en el departamento del Quindío han sido potenciados por el uso de los espacios virtuales. De acuerdo con Arias y Romero (2005):
La ciudadanía no es un concepto acabado sino que se va enriqueciendo con las variantes de la historia, es decir, si en algún momento fue determinante el reconocimiento de los derechos políticos, económicos y sociales para poder identificar a un ciudadano, hoy tendríamos que hablar de derechos culturales en el amplio sentido del término. (p. 100)
En ese sentido la cultura, imbuida de relaciones de poder que nos constituyen y sobre determinan, no es una categoría estática, sino cambiante en el tiempo, adherida a cambios dados por su vocación política. Las ciudadanías emergentes, en tal sentido, son una posibilidad de lucha, resistencia y cambio ante las estructuras de poder y dominación osificadas en nuestra sociedad.
Actualmente, estas estructuras se ven fortalecidas a partir del crecimiento exponencial e impacto ofrecido por los espacios virtuales; cuyo campo se erige como una oportunidad de visibilización, difusión, identificación y movilización en torno a ideales que naturalmente se encuentran impulsados por dinámicas de rechazo ante las dominancias opresoras vividas por la sociedad subalternizada.
El proyecto busca reconocer y a su vez intervenir en la construcción de redes y entramados de los movimientos sociales gestantes en el departamento del Quindío, impulsados por las plataformas digitales-virtuales como escenario integrador y articulador de las ciudadanías emergentes y de los nuevos movimientos sociales.
Internet se ha convertido en un medio esencial que ha determinado nuevas estrategias de comunicación y organización en todos los ámbitos de actividad para los nuevos movimientos. Su implementación alternativa, aumenta la visibilización y reconocimiento para las sociedades emergentes y potencia la capacidad de transmitir información en torno a ideales que trascienden diversos contextos locales (Cárcar, 2015).
Resulta interesante contrastar la cohesión existente entre las ciudadanías emergentes y las plataformas digitales, si tomamos como uno de los múltiples ejemplos subyacentes, el papel que jugaron los medios digitales durante la “Primavera Árabe”. En este campo, es difícil desconocer la influencia mediática ejercida desde el bando activista (insurgente) y la respuesta de los gobiernos en contra de la insurgencia con mensajes positivos o negativos, a favor o en contra, que sin duda, demuestran el poder de los medios para alinear las grandes masas hacia escenarios confusos y disruptivos o en favor de luchas justificadas.
Para Howard, P., y Hussain, M. (2011), los medios digitales ayudaron a convertir la disidencia individualizada, localizada y específica de la comunidad en movimientos estructurados con una conciencia colectiva sobre las quejas compartidas y las oportunidades de acción.
Esto refuerza nuestra tesis a cerca de la potencia que encarnan los medios digitales en un contexto emergente que reúne una diversidad de movimientos caracterizados por sus diferencias frente al poder y la desigualdad, simbolizada en los cánones regulares de las sociedades contemporáneas.
Desde una visión exploratoria los estudios culturales latinoamericanos, en su apuesta renovadora, se empiezan a enriquecer conceptualmente al afrontar un análisis cualitativo e interpretativo con su centro de actuación direccionado a las dinámicas contrastantes de los movimientos sociales que se representan en el uso de las plataformas digitales.
La lucha por la equidad, lejana a la subordinación de clases, es paralela a lo que podría denominarse como un «colonialismo digital». Sin embargo, catalogarlo desde una visión tan sesgada, desprestigia en cierta medida su alcance en favor de la narrativa transmediática que utilizan los movimientos en su lucha por la igualdad.
Para Domínguez (2019), “los nuevos medios de participación electrónica o digital y las llamadas innovaciones digitales democráticas, son el nuevo campo de conflictividad, donde surgen paralelamente -nuevas- visualidades de actores en disputa histórica a través de la cibermilitancia y ciberactivismo”. Pero también, desde esta visión democrática, surge la oportunidad contextual para que estas sociedades, portadoras de discursos antihegemónicos con epistemologías de cambio, difundan sus ideas en panoramas reveladores enraizados en las altas velocidades de masificación comunicativa (positiva y negativa) que ofrecen las plataformas digitales.
El uso de los escenarios virtuales ha gestado movimientos sociales que desde estas nuevas relaciones de proximidad posibilitan construcciones identitarias y fortalecen la constitución de colectivos, sin embargo, es también estos terrenos el lugar donde tiene nicho el poder del sistema de consumo, el anonimato, la desinformación masificada, entre otros. Para Reguillo (2012):
Las tecnologías en sus diferentes vertientes operan como conectores, prótesis, plataformas, catapultas, experiencia cotidiana para interactuar con el mundo: del plumón para graffitear una pared a la computadora con Internet que permite acceder a la producción de autoría (es decir a la voz propia) y acceso a múltiples redes sociales. La tecnología es la marca de época de una juventud que la utiliza tanto para afirmar sus pactos con la sociedad de consumo, como para marcar sus diferencias y críticas a esa sociedad. (p. 169)
La tecnología como dispositivo que visibiliza la voz de los sujetos, compone y da sentido a la vida y prácticas del mismo, permite una socialización compleja y multimedial, donde se cohabita tanto de manera armónica como conflictiva. Estas posiciones antagónicas, respaldadas por el anonimato, detonan violencias y discursos agresivos, los sujetos no estamos solo expuestos a la violencia directa- física, sino que también a la cultural y estructural, que se expresa a través del lenguaje verbal y escrito, y se valen de estos medios de comunicación masiva para ser más veloces, impactantes y brutales.
Por otro lado la información pública y privada que se almacena en estos espacios virtuales puede ser usada con fines que afecten y vulneren los grupos sociales y sus líderes, a mayor visibilidad y resistencia, aumenta el grado de interés tanto del gobierno como de grupos contradictorios por hacer vigilancia y espionaje, así como la revelación de datos que pueda afectar de manera on-line sino también la vida de las personas vida off-line.
El impacto y desarrollo de los territorios virtuales apenas están dando inicio, sin embargo ya han traído consigo nuevas maneras de ser en el mundo, la tecnología como dispositivo ha logrado la emergencia de una nueva cultura, nuevas subjetividades y la reconfiguración de la socialidad. Un mundo simbolizado por nuevos sentidos, estrategias y dominios, disruptivo de aquellos modos de vida tradicionales de ocupación y habitación en un lugar, pero que sigue fundado en estructuras sociales desiguales, relaciones de subordinación y poder, violencias y marginalidades.
Este mundo también ha concedido la gesta de nuevas formas de luchas y resistencias, que pueden identificar de manera más masiva y sin importar las limitaciones físico-geográficas, que visibilizan el trabajo y convocan de manera más efectiva a la intervención y movilización. Hoy la vida off-line se transforma desde las relaciones dadas en el territorio virtual posibilitando nuevas formas intervención política de la realidad.
Referencias
Arias, D., y Romero, M. (2005). La ciudadanía no es como la pintan: Una mirada desde los jóvenes. Recuperado de: https://bit.ly/2NCm0jg
Cárcar, J. (2015). Las redes y los movimientos sociales ¿una acción colectiva o marketing viral?. ICONO 14, Revista de comunicación y tecnologías emergentes, 13(1), 125- 150. Recuperado de: https://bit.ly/33cWrfh
Domínguez Ávila, C. F., Vásquez von Schoettler, W., & Rezende da Silva, A. (2019). Democracia digital, ciudadanía y soberanía en las redes sociales virtuales: Una aproximación teórica al estado de situación digital en América Latina. Cadernos Argentina Brasil, 8(1), 1–19. Recuperado de: https://bit.ly/2LwtTGH
Howard, P., y Hussain, M. (2011). The Upheavals in Egypt and Tunisia: The Role of Digital Media. Journal of Democracy 22. Recuperado de: https://bit.ly/36wRd0a
Reguillo, R. (2012). Navegaciones errantes. De músicas, jóvenes y redes: de Facebook a Youtube y viceversa. En Comunicación y Sociedad, núm.18, julio-diciembre. Guadalajara, México: Universidad de Guadalajara. Recuperado de: https://bit.ly/2YpAesZ
[1] Postura teórica. Carlos Alberto Castaño Aguirre, Iván Darío García Ordóñez. Estudiantes Maestría en Estudios Culturales Latinoamericanos, Pontificia Universidad Javeriana.